15/05/2013 - Organizado por la Fundación Powerchair
Football, el polideportivo Central recibió ayer por la tarde a más de 20 chicos
que en sillas de ruedas motorizadas se integraron en una jornada deportiva y de
pura amistad; el intendente de Tigre, Sergio Massa, compartió junto a ellos y
las familias este primer entrenamiento.
La pelota empezó a rodar. Y con ella, la alegría de más de 20
chicos de diversos puntos del país que comenzaron a disfrutar de una nueva
disciplina única para que discapacitados motrices pudieran convertirse en
participantes y dejar de ser espectadores. También disfrutaron del acercamiento
con sus pares y sintieron el apoyo de sus familias, quienes los alentaron.
En el Polideportivo Central Sarmiento, Sergio Massa, intendente de
Tigre, presenció la práctica y subrayó al respecto: “Es hermoso poder
aprovechar las instalaciones y la infraestructura deportiva del municipio para
desarrollar estas actividades que en definitiva apuntan al deporte por la
integración.
Es la posibilidad de que más allá de las barreras que la vida y
las circunstancias les pusieron a estos chicos, que sientan que pueden hacer
deporte, sentirse integrados y activos. Tigre es su casa para realizar todas
las actividades que deseen”. Y agregó: “Hoy tenemos la suerte de tener a muchos
chicos haciendo tenis, quad rugby, fútbol y a muchos también haciendo
rehabilitación en las 16 piletas de natación del municipio. Es un orgullo
porque es darle la posibilidad y es decirles que no hay límites a pesar de las
barreras que te pone la vida”.
En este sentido, Mariano Rozenberg, director ejecutivo de
Powerchair Football y profesor de educación física, los destacó: “Tuvimos mucho
apoyo del municipio de Tigre para realizar el primer encuentro de fútbol en el
polideportivo junto a nuestro primer grupo. En cuanto a lo deportivo, es
ofrecer un deporte en sillas de ruedas motorizadas y el objetivo es dejarlos
convertirse en el centro de la acción para dejar de ser hinchas o acompañantes.
Ahora son deportistas,
capaces de crecer en una disciplina, lo que cambia su forma de ver
la vida. Sus actividades ya no son sólo educativas o laborales. Se les abre
otro panorama”.
Calem Manzur tiene 9 años y es hincha de River, aunque “también de
Barcelona”, como se apresura en aclarar, orgulloso, el niño nacido en la Patagonia.
Por su parte, Juan Gagliardi tiene 13 y se declara fanático de
Boca. Nada más los divide. Como buenos precoces amantes del fútbol, desde sus
sillas de ruedas no dejan de hablar de su deporte. Piden una pelota, le
preguntan al periodista de qué cuadro es hincha, relatan alternativas de lo
visto en la TV o
en la cancha. Son, por fin, protagonistas.
Catalina es de Don Torcuato, tiene 8 años y va al colegio como
cualquier otra persona. Y cuenta: “Me gusta el fútbol porque me divierto y
porque acá puedo hacer más amigos. También me gusta el rugby y cuando puedo voy
a alentar a Hindú Club”.
Gonzalo Castillo, director general de Políticas para Personas con
Discapacidad de Tigre, afirmó: “Desde que empezamos la gestión que estamos
involucrándonos en estos temas generando espacios inclusivos para todos. Cuando
la Fundación
se acercó con la propuesta, enseguida propusimos el polideportivo para que este
deporte que está tan instalado en el mundo pueda llevarse a cabo en el país.
Trabajamos en gestión asociada pero además en Tigre llevamos a cabo diversas actividades
como teatro, deporte y arte para personas con discapacidad. Tenemos un
recorrido de micros por los barrios que acercan a los chicos al polideportivo”.
Este fútbol está dirigido a ambos sexos, sin distinción de edades
a partir de los seis años y con el invalorable propósito de mejorar la calidad
de vida, el proyecto tiene firmes cimientos.
Rozenberg brindó más datos: “Los que se movilizan en sillas de
ruedas motorizadas es porque no pueden hacerlo en una convencional, ya que son
quienes sufrieron parálisis cerebral, artrofias o distrofias musculares y
esclerosis múltiple, además de otras circunstancias como cuadriplejías o
lesiones medulares”.
El primer entrenamiento se llevó a cabo en Tigre y ya se juntaron
más de 20 deportistas en el Polideportivo Domingo Faustino Sarmiento. “La idea
es tener equipos en la Capital,
Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde ya hay familias identificadas.
Queremos seguir buscando familias en todos los puntos de la Argentina con la idea
fija de seguir creciendo y, de ser posible, tomar parte del tercer Mundial, que
se hará en 2015, detalló Rozenberg.
En lo que hace específicamente a lo reglamentario, los ejecutores
del juego ya lo conocen a la perfección: cuatro jugadores por equipo (tres de
campo y
un arquero) en una cancha de basquetbol (28 x 15 metros), con arcos de 6 metros de ancho y sillas
cuya velocidad no supere los 10km/h. La pelota es N° 10, de cuero y 33 cm de diámetro. No hay
categorías por sexo ni por edad, así que un niño puede interactuar con un adulto
y un hombre con una mujer sin problemas.
Para quienes deseen saber más del flamante deporte, interiorizarse
de cómo participar o simplemente difundir la obra, pueden contactarse con el
doctor
Mariano Rozenberg a Powerchair
Football Argentina, al (011) 4708-2620. También por mail a
info@powerchairfootball.com.ar. En internet, la dirección es