Un equipo del Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha sido el primero en conseguir que células
adultas de un organismo vivo retrocedan en su desarrollo evolutivo hasta
recuperar características propias de células madre embrionarias, según el
resultado de una reciente investigación publicada
en la revista 'Nature'.
Precisamente, los investigadores
han descubierto, además, que estas células madre embrionarias obtenidas
directamente en el interior del organismo tienen una capacidad de
diferenciación más amplia que las obtenidas mediante cultivo 'in vitro', al
presentar características de células totipotentes, un estado primitivo nunca
antes obtenido en un laboratorio. El trabajo, desarrollado en el CNIO, ha sido
liderado por el director del Programa de Oncología Molecular y jefe del
laboratorio de Supresión Tumoral, Manuel Serrano, y ha contado con el apoyo del
equipo de Miguel Manzanares, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares
(CNIC).
Asimismo, las células madre
embrionarias son la principal apuesta para la futura medicina regenerativa, ya
que son las únicas capaces de generar cualquier tipo celular de los cientos de
tipos celulares que conforman un organismo adulto, por lo que constituyen el
primer paso para la curación de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o
la diabetes. No obstante, este tipo de células tiene una brevísima existencia,
limitada a los primeros días del desarrollo embrionario, y no existen en
ninguna parte del organismo adulto.
Uno de los mayores hitos en la
reciente investigación biomédica fue el protagonizado por la premio Nobel
Shinya Yamanaka en 2006, cuando consiguió crear en el laboratorio células madre
pluripotentes inducidas 'in vitro' (iPSCs) a partir de células adultas mediante
un cóctel de tan solo cuatro genes. Pero los investigadores del CNIO han dado
ahora un paso mas, al conseguir lo mismo que Yamanaka, pero esta vez dentro del
propio organismo, en ratones y sin necesidad de pasar por placas de cultivo 'in
vitro'. Generar estas células dentro de un organismo acerca todavía más esta
tecnología a la medicina regenerativa.
Por último, ell primer desafío de
los investigadores del CNIO fue reproducir el experimento de Yamanaka en un ser
vivo, para lo que escogieron al ratón como organismo modelo. Usando técnicas de
manipulación genética, los investigadores crearon ratones en los que se puede
activar a voluntad los cuatro genes
de Yamanaka. Cuando activaron
estos genes, observaron que las células adultas fueron capaces de retroceder en
su desarrollo evolutivo hasta células madre embrionarias en múltiples tejidos y
órganos.
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