Gracias a una invitación reciente, por parte del área de Relaciones Públicas de la Escuela de Aviación Militar (E.A.M.), el director de Casimiro Digital y el licenciado Raúl W. González Sanso, acompañados por el Vicecomodoro Ramón Galván, jefe de dicha área, visitamos dependencias de esa institución y la Sala-Museo de Malvinas -declarado de interés cultural por el Gobierno de la Provincia de Córdoba- en donde se encuentran distintas fotografías y varios objetos que son testimonios de la guerra por recuperar las islas, ocurrida en el año 1982..
En la visita guiada se recordó a los aviadores y personal caído en el conflicto bélico, y el Vicecomodoro leyó algunas de las cartas escritas por los pilotos que han sido entregadas por sus familiares al museo.
En la visita guiada se recordó a los aviadores y personal caído en el conflicto bélico, y el Vicecomodoro leyó algunas de las cartas escritas por los pilotos que han sido entregadas por sus familiares al museo.
Entre varios temas, se mencionó la labor realizada por todos los combatientes que estuvieron luchando por recuperar la soberanía de las islas del Atlántico sur, y la valentía y capacidad técnica de los pilotos de la Fuerza Aérea, batallando por sobre el límite de sus capacidades con una enorme desventaja tecnológica, pero con una moral y una actitud de coraje patriótico conmovedor.
Cabe decir que nuestro anfitrión, Galván, se desempeñó como piloto de Pucará durante el conflicto bélico y tiene una muy rica experiencia e interesantes anécdotas de aquellos tiempos vividos con sus camaradas que, junto a varios de ellos, realizaron una dura tarea y numerosos hechos heroicos enfrentando al enemigo.
Cabe decir que nuestro anfitrión, Galván, se desempeñó como piloto de Pucará durante el conflicto bélico y tiene una muy rica experiencia e interesantes anécdotas de aquellos tiempos vividos con sus camaradas que, junto a varios de ellos, realizaron una dura tarea y numerosos hechos heroicos enfrentando al enemigo.
Durante la guerra, los soldados argentinos no sólo tuvieron que combatir al enemigo, sino al hambre, agua y frío, entre otras cosas. Lo que vino después, el regreso, la posguerra estuvo determinado por la indiferencia de una sociedad traumada por su irreflexivo apoyo a la dictadura, el silencio y el olvido impuesto por los políticos y varios mandos militares.
Volver fue el comienzo de un doloroso camino para una gran cantidad de soldados sacudidos por el horror vivido y por el porvenir, que ya no sería el mismo.
De alguna forma se aisló a los ex-combatientes, dándoles la espalda, obligándolos a la marginación, sepultándolos en el olvido e indiferencia.
A la fecha, los ex combatientes suicidados llegan a 400, mucho más que los 267 muertos en combate. Los que aún viven sufren distintas afecciones psicológicas y/o físicas. Un alto porcentaje padece discapacidad física y psíquica, sin poderse precisar la cantidad de suicidios encubierto (sobredosis, accidentes, etc.), de los que no se tiene un registro claro.
Luego de recorrer el lugar en su totalidad y llegada la tarde, nos despedimos agradeciendo al Vicecomodoro Galván por el tiempo dispensado y su gran cordialidad, el cual se mostró muy interesado en que podamos mantener la comunicación y promover la difusión de la Sala de Malvinas, así como también del gran prestigio, a nivel nacional e internacional, de la E.A.M.
Nos comprometimos a volver y repetir esta visita, pero esta vez con grupos de alumnos y personas discapacitadas interesadas en conocer un poco más de nuestra historia.
Volver fue el comienzo de un doloroso camino para una gran cantidad de soldados sacudidos por el horror vivido y por el porvenir, que ya no sería el mismo.
De alguna forma se aisló a los ex-combatientes, dándoles la espalda, obligándolos a la marginación, sepultándolos en el olvido e indiferencia.
A la fecha, los ex combatientes suicidados llegan a 400, mucho más que los 267 muertos en combate. Los que aún viven sufren distintas afecciones psicológicas y/o físicas. Un alto porcentaje padece discapacidad física y psíquica, sin poderse precisar la cantidad de suicidios encubierto (sobredosis, accidentes, etc.), de los que no se tiene un registro claro.
Luego de recorrer el lugar en su totalidad y llegada la tarde, nos despedimos agradeciendo al Vicecomodoro Galván por el tiempo dispensado y su gran cordialidad, el cual se mostró muy interesado en que podamos mantener la comunicación y promover la difusión de la Sala de Malvinas, así como también del gran prestigio, a nivel nacional e internacional, de la E.A.M.
Nos comprometimos a volver y repetir esta visita, pero esta vez con grupos de alumnos y personas discapacitadas interesadas en conocer un poco más de nuestra historia.
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