Carta de un lector...

Me gusta ser ciega y necesito que me acepten como soy. Sólo exijo ser tratada como una ciudadana con derechos y deberes, no somos gente de segunda clase, también queremos ser escuchados y nuestra opinión vale.

Por: Ilia Gallardo

Asistí a un taller de El QueHayDeCierto.cl en Copiapó, en el que se nos invitó a participar como ciudadano. Yo no tenía nada claro, ni siquiera deseaba escribir, lo hice para probar una vez más que se podía invadir el espacio de los mal llamados “normales”. Se nos mostraron experiencias de vida que estaban plasmadas en la red, y se nos denominó como reporteros del diario, capaces de contar de nuestro quehacer en el entorno laboral y social del que formábamos parte. Y fue ahí donde se me ocurrió, simplemente, hablar de nosotros los “ciegos”. ¿Cómo nos gusta que nos llamen? ¿Ciego, cieguito o cieguecito?

Comencé por buscar en el diccionario el significado de la palabra "ciego" y me quedé con uno que dice: ”privado de visión”, ya que creo que no existe mejor definición, y otra vez me da la razón, porque en ninguna parte se habla del discapacitado visual o de no vidente e invidente.

Me gusta ser ciega y necesito que me acepten como soy, con mis virtudes y defectos, no quiero nada especial, disfruto de la vida y de las cosas sencillas igual que todos, sólo que sin ver. Por eso no me agrada cuando nos encasillan en un solo lote: no todos los ciegos cantamos, no todos somos comerciantes,

no todos estudiamos derecho o sociología, no todos somos masajistas. Me gustaría que nos dejaran ser libres y con posibilidad de elegir nuestro camino, que crean más en nuestras condiciones y talentos. No quiero que nos sigan obligando a emigrar al centro del país para tener posibilidades reales de trabajo, los ciegos hacen nata en el centro y nadie hace nada, nos bastaría con que los colegios que nos capacitan realizaran convenios con las regiones de origen; sólo pido un poco de buena voluntad. A veces creo que la inclusión tarda mucho, todavía mis pares tienen que preguntar en los colegios si los quieren recibir, todavía al común de la gente le cuesta decirte “ciego” y te dice “cieguito” o “cieguecito”. Y los más formales hablan de ”discapacitados visuales”, ”no videntes”, o “invidentes”. No quiero crear conflicto, sólo exijo ser tratada como una ciudadana con derechos y deberes, no somos gente de segunda clase, también queremos ser escuchados y nuestra opinión vale. Por eso los invito a caminar juntos con los que somos diferentes y no se arrepentirán, ya que también podemos ofrecer una mano de amigo sincero si la necesitas y un hombro que te consuele en un momento difícil.

Escrito por: Corresponsales El Boyaldía